Takayama es un lindo pueblito que queda en medio de las montañas, las que llaman “los Alpes Japoneses” … el paisaje para llegar aca es hermosisimo y por primera vez se puede ver el campo y las enormes ciudades terminan. Por primera vez vi cultivos en el campo, pequeños poblados, montañas llenas de pinos y algunas cubiertas de nieve, grandes lagos, represas, rios de aguas cristalinas y aguas termales … antes de llegar aqui pensaba que Japon era una enorme ciudad sin fin … ahora me alegro de haber escogido venir a esta parte, porque cambio la percepcion que tenia del pais.
La primera impresion que tuve de Takayama no fue la mejor, el tren en el que veniamos estaba lleno de turistas … eso le hace pensar a uno que esta en el lugar equivocado, si lo que queria ver era un pueblo tipico Japones, lo que menos queria era estar rodeada de extranjeros. Pero poco a poco empieza uno a recorrer las callecitas y se empieza a dar cuenta de porque es tan popular y porque atrae tanta gente. Es como si el pueblo se hubiera estancado en el pasado y las casitas son realmente tipicas, con una arquitectura de lineas simples y espacios limpios, casas de madera adornadas con bamboo, con hermosos jardines, pequenas ventanas y hermosos detalles que adornan la entrada. Ya se pueden imaginar la enloquecida que tuve tomando fotos, pensando en ideas para mi futura casa.
Esta vez nos quedamos en un Monasterio Budista (Takayama Zenkoji Temple Hostel). Nuestro anfitrion era Tommy, un monje que hablaba Ingles perfecto y que resulto ser adorado. Nos dio una habitacion enorme que quedaba en frente a un hermoso jardin. Toda la habitacion era cubierta con Tatami y en la mitad habian dos futones que resultaron ser la mejor cama del mundo, sobre todo porque el colchon era electrico y era super calentico en la noche.
En nuestra primera noche decidimos hacerle caso a Tommy que nos recomendo segun el, el mejor restuarante donde podiamos comer “Carne de Hida” (la especialidad del area) … la carne es una de las carnes mas sabrosas y no tan costosa como la carne de Kobe (la mejor del mundo) … es carisima por la forma en la que cuidan a las vacas: les ponen musica para relajarlas, las peinan todos los dias, las alimentan con comida organica, les dan a beber cerveza o a veces sake. Son las vacas mejor cuidadas del mundo y se supone que viven felices y que por eso su carne es tan sabrosa. Les confieso que la carne sabia deliciosa pero el restaurante donde nos la comimos nos dejo mucho que desear … porque estaba lleno de alemanes y se notaba que todo estaba preparado para turistas. Un desastre.
Al dia siguiente fuimos a un pueblito tipico “Hida Folk Village” resulto ser una linda experiencia porque habian transportado casitas muy antiguas de toda la region que habian tenido algo que ver con la historia del area … pensabamos que iva a ser muy turistico, pero la villa resulto estar rodeado por un paisaje muy bonito y fue muy interesante saber un poco de la historia de la region. El resto del dia lo pasamos recorriendo las callecitas del pueblo, tomandonos un cafecito y probando sake en un bar por primera vez. Aquella noche fuimos a un restaurante buenisimo que vendia “tempura” y lo mejor de todo fue que el dueño tenia un mapa donde cada visitante ponia un puntico rojo en el lugar de donde provenia, el mapa estaba casi lleno de puntos rojos … pero el mio fue el primero en Colombia. Me senti orgullosa de ser la primera Colombiana que visitaba “Ebihashi”.
Takayama fue un descanso en el camino, fueros dos dias donde nos pudimos relajar y donde nos escapamos del cansancio visual y del caos cotidiano. Resulto ser mucho mejor de lo que esperaba.
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