Nuestra llegada a Kioto fue torrencial y turbulenta. Tan pronto como pisamos tierras Kioteñas se descargo un aguacero tremendo que no paro hasta el dia siguiente, mi primera impresion fue muy mojada, especialmente porque nos perdimos buscando el hotel y caminamos bajo la lluvia por un buen rato tratando de encontrar nuestra proxima posada. Como les habia contado antes, era muy dificil encontrar hotel en esta epoca del año “Sakura” (Cerezo en Flor), y lo mejorcito que encontre fue un hotelito llamado “Kyoto Backpackers”, el nombre no dice mucho pero resulto ser basico, limpio, barato y con dueños muy amables … el unico problema es que era lejos de cualquier lugar que queriamos visitar, asi que nos tocaron levantadas temprano y no llegabamos sino hasta la noche, ya se imaginaran: los dias se nos hacian eternos y terminabamos muertos de cansancio.
Kioto era el lugar que yo siempre habia soñado con conocer, despues de leerme varios libros sobre Geishas, me imaginaba que caminaban por la calle a cualquier hora y que uno se las encontraba en cada esquina. Resulto ser completamente diferente … pero ya les contare a su debido tiempo.
Aquella primera tarde, decidimos aventurarnos a la lluvia y empezar a descubrir la ciudad, optamos por visitar el Mercado cubierto de Nishiki-Koji. Es un mercado espectacular, aqui se encuentra cuanta cosa se puedan imaginar (carne, pescado, vegetales, frutas, dulces y millones de cosas raras que no pude identificar) y todo decorado de una forma bonita, que llama la atencion. A mi me impacto la forma en que decoran y presentan cualquier cosa que este a la venta en Japon, es un pais que tiene una imagen grafica impresionante, las cosas se ve llamativas y te provoca comprarlo todo, aunque la mayoria de veces uno no sabe para que lo usaria o como lo comeria. Es uno de aquellos lugares en los que uno se fustra por no hablar el idioma, porque a uno le encantaria poder hablar con la gente y averiguar millones de cosas que pasan y de las que uno no se entera.
De cierta manera agradeci lo graficos que son, porque todos las señales tienen un dibujito o un muñequito o algo que le dice a uno a donde ir, o como usar cualquier cosa … uno no tiene pierde aqui en Japon (comparado con China que es una pesadilla para poder hacer cualquier cosa o ir a cualquier lado).
Aquella primera noche, despues de que paramos a comer noodles en uno de aquellos restaurantes que parecen como salidos de un cuento de hadas (con vista a un jardin hermosisimo) y meseros que solo sonrien y te dicen “Irasshiamase!” (Bienvenidos); descubrimos la vida nocturna de “Pontocho”, una calle pequeñita pero muy larga que queda al lado del Rio Kamo y cerca a Gion (donde viven las Geishas) y que esta llena de restaurantes, bares y cuanto lugar se puedan imaginar. Alli, despues de tanto caminar nos sentamos a tomarnos unos roncitos (solo porque nos estabamos cansados de cerveza o sake) y esperar a ver si algun dia decidia dejar de llover. Aquella primera noche no vi ninguna Geisha …
En nuestro segundo dia el sol decidio hacer su aparicion, asi que decidimos conocer lo que mas pudieramos y aunque Dave se me quejo todo el dia de cansancio, logre mi objetivo: visitar esta hermosa ciudad. Primero fuimos a el templo de Heian Jingu, que esta rodeado de un enorme parque lleno de Cerezos en Flor, en este parque vi mi primera Maiko, que son las aprendices a ser Geishas. Despues caminamos por Tetsugaku-no-mioni al que tambien le llaman “Camino de la Filosofia” porque hay montones de templos a su alrededor, aunque para serles sincera, ya estaba un poco cansada de ver templos, asi que solo paramos en el ultimo que fue uno de los mas bonitos que he visto, se llama Templo Ginkakuji y esta dedicado al Budismo Zen. En este templo se respira una paz increible, los jardines son hechos a la perfecta armonia mezclando arena, piedras, agua, plantas, bamboo. El agua crea sonidos cuando choca con la piedra, las plantas silvan al compas del viento, la arena dibuja lineas que giran al rededor de las pierdas y el musgo se apropia de las orillas del agua … haciendo de este el lugar perfecto para meditar, relajarse y disfrutar de la naturaleza (solo si le quitaran el monton de turistas que hay!).
Los Japoneses tienen una obsesion con Sakura, el camino de la filosofia estaba rodeado de cerezos en flor, y debo decir que en un dia soleado como el que nos hizo es un paraiso, cuando sopla el viento las florecitas se desprenden y parece como si estuviera nevando y los Japoneses disfrutan como si fueran niños chiquitos … lo mas gracioso es verlos tomando millones de fotos de cada florecita, de cada esquina, de ellos mismos en todas las posiciones con una flor en la cabeza, en la espalda o en donde sea. Las flores solo duran 10 dias y el pais se enloquece pero debo confesar que para aquel entonses las florecitas ya estaban copando nuestra paciencia y me estaba cansando de tomar fotos de lo mismo … asi que decidi buscar de nuevo las famosas Geishas, a ver si al fin podia ver alguna.
Continuamos camino a Gion y pasamos por unas calles hermosisimas llamadas Shinmonzen y Shimbashi, que quedan bordeando una pequeña quebradita que tiene restaurantes a un lado donde uno puede tener una cena privada (aunque todo el mundo lo este viendo a uno). Cuando tomaba una foto de otro cerezo me dio por voltear y a mi lado paso una Geisha, tan a la carrera que no le pude ni tomar una foto … iva toda maquillada, con su vestido de colores y sus zapaticos de madera caminando rapidisimo hacia su cita de aquella noche, y yo no le pude tomar una sola foto! … desde ese momento empezo la caceria, tenia que tomarle una foto a una Geisha, asi que nos dirigimos a el area mayor: La Esquina de Las Geishas (Geisha Corner), era ahora o nunca!
Por supuesto el lugar estaba lleno de turistas, todos tratando de hacer lo mismo que yo, caminamos por todas partes y decidimos meternos por las callecitas traseras en caso de que alguna se quisiera escapar por la retaguardia. De pronto vimos un lugar al que no le cabia ni una persona, yo corri a ver que pasaba, Dave como siempre se quedo atras y de pronto: alli estaban subiendose al taxi camino a su cita nocturna, no se imaginan cuanto turista habia a su alrededor tratando de tomarles una foto, yo entre ellos, pareciamos todos como paparazzis, el lugar entero hacia “click” al compas de las camaras y las pobres Geishas atrapadas en la mitad tratando de escapar de nosotros, viles turistas!
Vimos muchas mas, todas ivan de prisa como si quisieran ser invisibles y que nadie las persiguiera, pero pobres, les era imposible … eran el centro de atraccion de cualquier lugar por el que pasaban. Yo tristemente y con la unica excusa de ser fotografa frustrada, tengo que confesar que por un momento corri detras de una Geisha para poderle tomar una foto. Ahora me arrepiento de mis culpas (sobre todo porque la foto quedo movida). Me pregunto que sentiran ellas, disfrutaran de esta parafernalia? de toda la conmocion que causan a su alrededor? Sera possible que ellas tengan paz algun minuto de su vida? Que se sentira vivir asi, huyendo todo el tiempo y siendo perseguido cada dia de su vida? Aunque al mismo tiempo creo que les gusta llamar la atencion y ser admiradas, de pronto por esa razon escogieron ser Geishas como profesion, de pronto en el pasado les tocaba serlo a la fuerza, pero ahora debe ser por voluntad propia.
Mis dias en Kioto como paparazzi fueron cortos, me falto ver tantas cosas que debo volver algun dia. En Kioto se respira historia, pasado, tradicion, tranquilidad, pasion … es una ciudad que tiene millones de cosas por descubrir. Me falto ver tantas cosas que algun dia quisiera volver, no solo a Kioto, sino a Japon … me encanto este pais, su cultura, su gente con su sonrisa siempre amable. Es una pais que esta escondido y que hay que descubrirlo poco a poco y del que salen maravillas por todos los rincones. Si algun dia alguno de ustedes quisiera empezar a descubrir Asia, les recomiendo empezar por Japon, no se asustaran tanto porque es facil de recorrer, solo necesitan un poco de tiempo y de dinero. Definitivamente valio la pena venir hasta esta parte del mundo!
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