Pasamos dos noches en Hongjiang pero practicamente tuvimos un solo dia para explorarlo, la parte antigua no es muy grande y en una mañana o en pocas horas es posible verlo todo sin perderse de nada. Nosotros encontramos fascinante el hecho de podernos perder en sus laberintos y asi poder descubrir los secretos que esconden sus habitantes. Caminar por la parte antigua es hagan de cuenta como si uno se hubiera transportado completamente al pasado, se ve que la gente ha vivido en esas casas por generaciones y se respira el aire del pasado.
Lo lindo es que el pueblo no es una replica, sino que lo han conservado tal y como existio durante sus años de gloria durante la dinastia Ming (1368-1644) cuando era uno de los centros comerciales mas importantes en el Sureste de China durante el intercambio comercial entre Oeste y Occidente ... recorrerlo es como estar en un Museo vivo; allí visita uno las oficinas de gobierno, los bancos, las escuelas, donde estaban los militares, las casas de las personas mas afluentes, los templos, las casas de te, de opio e incluso el prostíbulo. En algunas de estas casas hacen representaciones de como vivían y encuentra uno a la gente vestida con trajes de la época, hacen bailes o representaciones teatrales. Incluso sin hablar el idioma uno puede sentarse e imaginar como era que el pueblo en aquellos días.
Pero la realidad actual es otra, es como si el pueblo estuviera lleno de fantasmas porque uno se imagina que en aquella época había tanta gente en sus calles que el ruido de la gente hablando, moviendose de un lado a otro, vendiendo e intercambiando productos, jugando a las cartas, o chismosiando con los amigos; debía de ser una cosa de admirar. Me hubiera gustado realmente haberme podido transportar a sus calles en esa época y ver la gente en sus trajes de colores, percibir los olores saliendo de las casas cuando cocinaban la comida (aunque también imagino que la mezcla de olores en sus calles no debía ser muy agradable), viendo como los ricos debían de ser transportados en carruajes de dos ruedas arrastrados por otra persona (rickshaw), o la gente transportando sus mercancia en los hombros gritando para que los transeuntes abran paso y como a la caída de la noche la gente se dirigía a los lugares de placer para olvidarse del mundo y transportarse a otra dimensión acompañado con la magia del opio.
El presente es otra cosa ... uno camina por sus calles y no hay nadie, el pueblo esta callado y solitario. Se sabe que hay gente habitando las casas que se encuentra tras las grandes puertas cerradas al ojo de los curiosos, de vez en cuando se ve la ropa colgando, los chiles secandose en las entradas, una que otra señora parada en la puerta esperando la vida pasar o un niño que corre entre sus calles cuando regresa de la escuela. Pero es como si el pueblo se hubiera estancado en el tiempo y lo único que quedo es la estructura con el alma extinguida ...
En las noches, las callejuelas no tienen luz electrica y uno tiene que llevar una linterna para no irse a perder ... todo esta callado, no hay luz, no hay ruido ... no hay nada. Me encantaría pensar que en la noche cuando la ultima luz se extingue y el pueblo esta dormido, es cuando los fantasmas se ponen sus mejores galas y salen a sus calles a seguir la joda, a continuar con sus negocios, a tomar el te o jugar mahjong y a darle vida a un pueblo que por mas que quiera no ha podido y nunca podrá deshacerse de su pasado!
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